Jo, EspartaKa

Ho he parlat amb la gent del pis i, finalment, tots i totes ens hem decidit a escriure aquest blog. Els meus companys diuen que hem de contar la nostra història.

Sóc una rata. Els humans diuen que sóc un "animal de laboratori". Classifiquen a la resta d’animals com a coses, amb adjectius que ens defineixen per la nostra utilitat per a ells. I totes són dolentes per a nosaltres, els animals que no hem nascut humans.

Al laboratori ens volen pel mateix que volen una proveta. Som un instrument d’investigació. I ens inoculen tota mena de productes, ens donen descàrregues elèctriques, ens fan emmalaltir i arribar a la psicosi, ens fan patir. Ens torturen i maten per a provar barres de llavis o productes de neteja. No importa que les provetes no puguen sentir i nosaltres si. Ens tracten igual.

Els humans també utilitzen les rates de laboratori per a altres coses. Jo, per exemple, vaig ser comprada al mercat d’esclaus per a que em mengés una serp esclava que, tancada a la seua pressó-vitrina de la mida d’una caixa, menja quan els seus "amos" ho decideixen. Jo sóc tranquil·la i pacífica; m’hauria capturat ràpidament, i la preuada "propietat dels humans", mostrada amb orgull a les visites, no hauria patit perill.

Però la serp es va morir abans de menjar-me. Segurament de pena, somiant, dins de la pressó-vitrina, amb un ample territori, ple de pedres sota les que passar la nit i on prendre la calor del gran sol, no d’una trista llum artificial. Somiant ser lliure com les rates que li permetrien sobreviure, i amb les que lluitaria per la vida en igualtat de condicions.

Ella morí mentre jo esperava, a la tenda distribuïdora d’esclaus no humans, dins d’una gàbia on no em podia moure. El traficant d’esclaus no estava molt content que jo estigués a la tenda, no era bo pel negoci. Quan ja tenia decidit donar-me com a "pèrdua" (matar-me i llançar-me a les escombraries) es trobà un humà i una humana amb els que ha començat la resta de la meua vida.

dimarts, 23 de març del 2010

Respuesta a la Red Feminista

Hola compañeras:

Ayer recibí un correo con las noticias de la REF y me gustaría plantearos mi opinión sobre una de ellas:

“05/03/2010 Organizaciones feministas estudian querellarse contra Mosterín por comparar las corridas con la Violencia de Género.”.

Soy feminista. También activista por los derechos de los animales. Estoy convencida de que no hubiera llegado a la lucha animalista sin las gafas violetas, tan necesarias para identificar las injusticias.

Por ello, no entiendo la indignación que parece han generado las afirmaciones de Jesús Mosterín. Él planteó que la tradición no justifica nada en sí misma. Es cierto que, con la excusa de la tradición y utilizando lógicas de dominación, la ideología patriarcal ha buscado el sometimiento de las mujeres, nuestro sometimiento, y es cierto que utilizando argumentos muy parecidos, esa misma ideología patriarcal justifica que se atormente hasta la muerte a un animal encerrado. Esto no es casual.

No es casual la separación entre razón/emoción, cultura/naturaleza, hombre/animal. No es casual el proceso de cosificación e invisibilización de mujeres y animales. Tampoco es casual que el movimiento de defensa de los animales esté formado mayoritariamente por mujeres. Porque cuando una persona ha estado privada de poder, ridiculizada y menospreciada, considerada una menor de edad perpetua… a esa persona le resulta más fácil detectar las trampas de la discriminación, más allá del sexo, la clase social, la orientación sexual… o la especie.

Desde el feminismo ya se han analizado estos vínculos de dominación: Carol J. Adams, Marti Kheel, Alicia Puleo, Alice Walter, etc., son feministas comprometidas. No es algo nuevo relacionar los vínculos entre la violencia y las ideologías justificativas de la misma.

Quiero ser justa: es cierto que en el movimiento de derechos de los animales hay grupos que realizan campañas sexistas o que no asumen el feminismo como una lucha necesaria, pero también es cierto que este movimiento es heredero de la lucha feminista, en ideología y en estrategia. Hemos llegado hasta aquí gracias a mujeres rebeldes que lucharon contra una sociedad que amparaba las injusticias escudándose en tradiciones. Ellas nos han enseñado el camino.

La primera vez que asistí a una manifestación antitaurina, dos hombres que entraban a la plaza me mandaron “a fregar”. También me han llamado “lesbiana” y “puta”. Ninguna de estas dos palabras me ofende, creo que es significativo que sean utilizadas como insulto por alguien que, por placer, va a ver cómo un animal queda tetrapléjico y escupe sangre a chorros mientras busca una salida a tanto dolor.

Sin embargo, leer la noticia que habéis remitido sí me ha hecho daño. Mucho. Es algo que no entiendo. Porque no se ha rebajado la violencia que sufrimos las mujeres, se ha afirmado que esa misma violencia es ejercida sobre otros individuos, utilizando justificaciones muy parecidas: “se ha hecho siempre”, “lo hago porque lo/la amo”, “para eso ha nacido”, etc.

Por no extenderme demasiado, os dejo un link de un vídeo muy breve, de 40 segundos, donde se muestra la violencia en estado puro. La violencia del machito sobre alguien que no puede defenderse:

¿No es violencia patriarcal?

En Facebook:
http://www.youtube.com/watch?v=DQYj5TsxHbo

Si queréis discutir todo lo expuesto en un debate sereno, estoy a vuestra disposición, podéis contactarme en este mismo correo.

Un saludo sórico,

Eva Benet



"Los animales están en el mundo por sus propias razones. No fueron hechos para el ser humano. De la misma forma que las personas negras no fueron hechas para las blancas, ni la mujer para el hombre". Alice Walker

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Una miqueta de relax