Missatge des de l'ONG València Acull
El martes 28 de abril desalojaron a unas treinta personas de la antigua fábrica de Bombas Gens en Marxalenes. La policía llegó sobre las 8.45 de la mañana y llevaron a las personas presentes a la comisaría para ficharles. Las asociaciones que trabajamos con los inmigrantes, habíamos exigido la no tramitación de órdenes de expulsión contra ellos y parece que este se ha respetado. Pero a todas las personas allí dentro, incluyendo a nuestros compañeros que les estaban acompañando, les han presentado con una citación para presentarse antes el juez el día 14 de mayo, presumiblemente para imputarles un delito de usurpación de propiedad. Antes había siete imputados, ahora hay muchos más.
Los que estábamos allí nos hemos sentido tristes, impotentes y enfadados de ver llevarse a personas, con quienes tenemos ahora lazos de amistad. Ellos perdían el único refugio, el único hogar que tienen: la fábrica. Y no es que sea una maravilla de casa, las condiciones dentro son muy malas: falta de agua potable, basura acumulada durante décadas de ocupación, goteras por todas partes, imposibilidad de calentar o enfriar el espacio. Pero era su vivienda, un sitio donde estas personas podían estar juntas, un sitio donde compartieron la escasa comida que tenían, donde se veía a las personas jugando a las cartas o damas, cortando el pelo, viendo un partido de fútbol en una tele sacada de la basura, y charlando. Y donde siempre encontraron un lugar para los recién llegados, con muestras de solidaridad que la “sociedad normalizada” bien podríamos envidiar.
¿A dónde van a ir estas personas ahora? A algunas les ofrecerán plazas en los albergues: albergues que llevamos años denunciando las redes y asociaciones que trabajamos con inmigrantes por la falta de condiciones apropiadas a las necesidades de los inmigrantes, falta de espacios comunes, horarios restrictivos… en otras palabras, todo esto significa que no hay cobijo durante el día y sí un toque de queda por la tarde, no muy tarde, que así no pueden aceptar empleos con un horario no compatible con el horario del albergue. En otros casos no hay personal de ayuntamiento trabajando dentro del albergue – ni siquiera un trabajador social. Finalmente, las personas normalmente no pueden “disfrutar” de esta provisión durante mucho tiempo y en consecuencia vuelven pronto a la calle. La realidad es que estos albergues se han convertido en lugares de ocultamiento de inmigrantes temporeros.
En este momento no son temporeros simplemente porque no hay a dónde ir. No hay trabajo en el Estado español para los inmigrantes subsaharianos, el último escalón de la pirámide ocupacional, si es que siquiera llegan a ser escalón. Durante años han aceptado empleos que ningún español quería hacer, y sus trabajos han generado un aumento del bienestar en este Estado y al mismo tiempo en sus países de origen. Cuando hay trabajo son necesarios, pero siendo no-personas, sino solamente mano de obra, siendo trabajadores desechables.
En algunas sociedades la verdadera civilización y la dignidad de una sociedad se mida en base al trato que se da a los más vulnerables, y a la solidaridad y empatía que se muestran para con ellos. Muchas personas africanas consideran este país poco “civilizado” por la forma en que trata a sus inmigrantes, muy diferente al trato que reciben los visitantes europeos en sus países. Es importante subrayar que las personas africanas viviendo en la fábrica son personas muy capaces de salir adelante, con experiencias y conocimientos que pueden enriquecer este país y han aportado y seguirán aportando mucho más de lo que reciben.
Pero la realidad, la dura realidad es que serán juzgados por el crimen de ser pobres. Por venir de lugares que los países ricos llevan años saqueando, promoviendo la libre circulación de los recursos de países pobres a países ricos, pero dificultando e imposibilitando el movimiento de sus gentes. Las víctimas son convertidas en victimarios.
Exigimos el derecho a una vivienda digna para todos y todas. Exigimos la creación de una cobertura social adecuada para todos y todas. Exigimos un trato de respeto y solidaridad que todo ser humano merece.
El martes 28 de abril desalojaron a unas treinta personas de la antigua fábrica de Bombas Gens en Marxalenes. La policía llegó sobre las 8.45 de la mañana y llevaron a las personas presentes a la comisaría para ficharles. Las asociaciones que trabajamos con los inmigrantes, habíamos exigido la no tramitación de órdenes de expulsión contra ellos y parece que este se ha respetado. Pero a todas las personas allí dentro, incluyendo a nuestros compañeros que les estaban acompañando, les han presentado con una citación para presentarse antes el juez el día 14 de mayo, presumiblemente para imputarles un delito de usurpación de propiedad. Antes había siete imputados, ahora hay muchos más.
Los que estábamos allí nos hemos sentido tristes, impotentes y enfadados de ver llevarse a personas, con quienes tenemos ahora lazos de amistad. Ellos perdían el único refugio, el único hogar que tienen: la fábrica. Y no es que sea una maravilla de casa, las condiciones dentro son muy malas: falta de agua potable, basura acumulada durante décadas de ocupación, goteras por todas partes, imposibilidad de calentar o enfriar el espacio. Pero era su vivienda, un sitio donde estas personas podían estar juntas, un sitio donde compartieron la escasa comida que tenían, donde se veía a las personas jugando a las cartas o damas, cortando el pelo, viendo un partido de fútbol en una tele sacada de la basura, y charlando. Y donde siempre encontraron un lugar para los recién llegados, con muestras de solidaridad que la “sociedad normalizada” bien podríamos envidiar.
¿A dónde van a ir estas personas ahora? A algunas les ofrecerán plazas en los albergues: albergues que llevamos años denunciando las redes y asociaciones que trabajamos con inmigrantes por la falta de condiciones apropiadas a las necesidades de los inmigrantes, falta de espacios comunes, horarios restrictivos… en otras palabras, todo esto significa que no hay cobijo durante el día y sí un toque de queda por la tarde, no muy tarde, que así no pueden aceptar empleos con un horario no compatible con el horario del albergue. En otros casos no hay personal de ayuntamiento trabajando dentro del albergue – ni siquiera un trabajador social. Finalmente, las personas normalmente no pueden “disfrutar” de esta provisión durante mucho tiempo y en consecuencia vuelven pronto a la calle. La realidad es que estos albergues se han convertido en lugares de ocultamiento de inmigrantes temporeros.
En este momento no son temporeros simplemente porque no hay a dónde ir. No hay trabajo en el Estado español para los inmigrantes subsaharianos, el último escalón de la pirámide ocupacional, si es que siquiera llegan a ser escalón. Durante años han aceptado empleos que ningún español quería hacer, y sus trabajos han generado un aumento del bienestar en este Estado y al mismo tiempo en sus países de origen. Cuando hay trabajo son necesarios, pero siendo no-personas, sino solamente mano de obra, siendo trabajadores desechables.
En algunas sociedades la verdadera civilización y la dignidad de una sociedad se mida en base al trato que se da a los más vulnerables, y a la solidaridad y empatía que se muestran para con ellos. Muchas personas africanas consideran este país poco “civilizado” por la forma en que trata a sus inmigrantes, muy diferente al trato que reciben los visitantes europeos en sus países. Es importante subrayar que las personas africanas viviendo en la fábrica son personas muy capaces de salir adelante, con experiencias y conocimientos que pueden enriquecer este país y han aportado y seguirán aportando mucho más de lo que reciben.
Pero la realidad, la dura realidad es que serán juzgados por el crimen de ser pobres. Por venir de lugares que los países ricos llevan años saqueando, promoviendo la libre circulación de los recursos de países pobres a países ricos, pero dificultando e imposibilitando el movimiento de sus gentes. Las víctimas son convertidas en victimarios.
Exigimos el derecho a una vivienda digna para todos y todas. Exigimos la creación de una cobertura social adecuada para todos y todas. Exigimos un trato de respeto y solidaridad que todo ser humano merece.
Hola! Me ha hecho mucha ilusión ver tu blog. Vegana, luchadora por la igualdad de género... puedes ser más perfecta?? Jeje. Sigue así que cada vez somos más :D Y sí, un beso es un beso. Y que se entere todo el mundo de ello. Saludos desde Madrid!
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